
Fuera de temporada, y lejos de la fiesta, existe otra Ibiza; quizás menos conocida. Pero claro, esta cara no interesa mostrarla, sobretodo a los medios de comunicación. No hay “postureo”, ni tampoco famosos; los clubs más importantes de la isla están cerrados y la existencia del “guiri europeo” borracho es mínima. La perversión y la lujuria que tanto gusta proyectar no existe; las drogas, tampoco. Parece que no hay nada interesante que contar sobre Ibiza fuera de temporada, pero están equivocados, sí que lo hay. Es una Ibiza mágica, dónde la naturaleza nos enseña una de sus mejores creaciones. Se respira pureza en cada rincón y el “flow” que fluye en la isla marca el ritmo del día (y no los clubs). Déjate despertar cada mañana con el canto dulce de los pájaros y disfruta de una auténtica sesión de spa natural en cualquiera de las calas de Ibiza, dónde los tonos turquesas son capaces de seducir tu retina. Respira, hondo, y siente el olor a pino mientras visitas lugares recónditos, esos dónde la energía forma parte de la atmósfera. Deja que texturas, sabores y olores inunden tus sentidos mientras degustas deliciosos platos locales. Permítete embelesarte con puestas de sol únicas y abre tus brazos para sentir mejor la auténtica esencia de Ibiza.
Déjate despertar cada mañana con el canto dulce de los pájaros

IBIZA
Fuera de Temporada
La gran variedad de colores, aromas, sabores, esencias, texturas y sensaciones que fluyen en la isla de Ibiza durante los meses primaverales y otoñales (fuera de temporada), es infinita. Todo es más bello en Ibiza cuando no es verano.
El aroma a pino se hace presente en cada rincón de la isla, gracias a las lluvias características de estas épocas del año. El campo, verde, invita a perderse entre los pinos, almendros, olivos, viñedos y algarrobos y descubrir así la parte más rural de la isla, y no menos interesante, que ya está empezando a posicionarse seriamente como una alternativa más de turismo en Ibiza. A esta nueva tendencia se le llama Agroturismo, ofrece la oportunidad de explorar un lado menos conocido de la cultura ibicenca, dónde el buen servicio, la gastronomía y la naturaleza juegan un papel fundamental para su éxito. Estos complejos rurales suelen ser antiguas “casas payesas” (casa de campo ibicenca) reformadas, situadas en entornos muy discretos, rodeados de naturaleza y con un servicio excelente y muy profesional. La estancia durante la temporada de verano en estos complejos rurales pueden llegar a ser muy cotizada, llegándose a pagar 500€ por habitación/noche. Fuera de temporada, puedes encontrar “chollazos” dónde el precio podría bajar hasta 90€/ noche. ¿Vale la pena venir fuera de temporada? ¡Sí! El enclave es precioso, el servicio es excepcional, la comida muy sabrosa y la experiencia única; y recuerda, pagando mucho menos de lo que pagarías en temporada alta.

La vida es más fácil cuándo estás rodeado de belleza
El excesivo turismo durante la temporada estival en Ibiza convierte las calas de la isla en auténticos parques acuáticos. Cientos de personas “pelean” cada mañana para hacerse un hueco en la arena, que junto a los yates (sí, esos yates de mega ricos que se gastan 80.000€ en una botella de champán en el Lío o Pacha), ensucian las aguas cristalinas de cada una de las calas de la isla. Fuera de temporada, las calas de Ibiza muestra una pureza excepcional; la transparencia y claridad de las aguas así como la amplia gama de turquesas proyectan una imagen totalmente paradisíaca. Sólo tendrás ganas de sumergirte entre ellas, desafiando así las aún aguas gélidas. Todo es tranquilidad alrededor, sabes que será fácil aparcar y sobretodo, no tendrás que preocuparte en buscar un hueco en la arena. Con el simple gesto de ponerte unas gafas de bucear, tendrás suficiente para admirar la riqueza de la flora y fauna marina de Ibiza, dónde peces, algas y formaciones rocosas seducirán tus sentidos.

Cierto es que la buena gastronomía abunda en la isla tanto en temporada como fuera de ella. Los precios incluso no varían. La calidad de la materia prima en la cocina ibicenca hace que el comer sea una experiencia muy sabrosa para tu paladar. El marisco y los platos de pescado, son, junto con los arroces, los platos más degustados por los visitantes de la isla; pero Ibiza también se caracteriza por ser un destino “veggie-friendly”; la comida orgánica juega un papel muy importante en la gastronomía de la isla y ya son muchos los restaurantes que ofrecen alternativas más saludables, con platos vegetarianos y veganos, aclamando así a un turismo que parece aún está por explotar. Durante la temporada, puede llegar a ser frustrante el hecho de no encontrar un sitio en algunos de esos restaurantes dónde sabes que vas a comer bien, pero fuera de ella, no es así. Parece que la gastronomía de Ibiza fuera de temporada llega a ser incluso más exquisita, parece que todo está cocinado sin tiempos, no hay prisa en servir, no hay prisa en comer. No sientes la presión de tener que abandonar la mesa justo después de tomarte la copa de hierbas ibicencas que te ofrecen como detalle una vez pagas la cuenta. El “flow” de la isla, como ya he dicho, es quien marca el ritmo.

Lugares recónditos abundan en la isla blanca, perfectos de visitar en esos días dónde el sol no brilla en las aguas del Mar Mediterráneo. Espectaculares senderos a través de enormes acantilados conducen a solitarias calas de difícil acceso, de aguas cristalinas y paisajes de vértigo. Descubre discotecas abandonadas de los años 70 entre frondosos bosques de pino mediterráneo, dónde la naturaleza se ha encargado de hacer de ellas un elemento más del entorno. Pasea a lo largo de la costa visitando las 7 torres vigías que protegían la isla de Ibiza de piratas y tropas militares, piérdete entre los cientos de caminos de tierra que encontrarás en el interior de la isla o déjate embelesar con el poder magnético de la Isla de Es Vedra, conocida también como “La Roca”. Visita Atlantis, un lugar mágico gracias a sus formaciones rocosas formadas por la mano del hombre y lugar de culto de los hippies cuando se asentaron en la isla en los años 60. Muchos de estos lugares suelen estar visitados durante la temporada; al final todo se sabe, y la gente, atraída por la curiosidad, se desplaza hasta ellos. Sin embargo, fuera de temporada, sueles encontrarte sólo en estos lugares, pudiendo así conectar mejor con la naturaleza y sentir mejor la energía y la magia de la isla de Ibiza.

Lo único que de verdad tiene una magia especial en Ibiza, tanto en temporada como fuera de ella, son las preciosas puestas de sol. Puedes disfrutarlas sólo, compañía o con cientos de personas; con música, o sin ella. Desde la mística puesta de sol en el mirador de Es Vedra, junto a cientos de personas en Cafe de Mambo o bailando al ritmo de los tambores en Cala Benirrás los domingos. Todas tienen algo especial y algo que decirte sobre la magia de la isla.